Tras un pequeño viaje deseando evitar la lluvia, llegamos a Bergara dispuestos a ver un gran concierto: Symphony X, por fin como cabezas de cartel. SymphonyX es uno de nuestros grupos preferidos, al que pudimos ver en San Sebastián teloneando a Stratovarius, aunque aquel día su show fue un poco “desaliñado”, con las lacras habituales de los teloneros (Menos luces y sonido) y con un Russell Allen un poco flojo.
Por todo ello, las ganas de verlos en mejores condiciones eran terribles…

Tras esperar a la apertura de puertas charlando con nuestros amiguetes del foro y algún cántabro mas por allí presente, entramos a la sala y tras la visita de rigor al puesto de camisetas, nos posicionamos para ver el concierto lo mejor posible.

Los teloneros fueron los franceses Headline, que tocaban un metal que intercambiaba toques mas hard-rockeros en sus temas antiguos con los progresivos de su material mas nuevo. Mientras su guitarrista, con pinta de veterano, combinaba riffs interesantes con solos ultraveloces pero muy sucios, su también veterana cantante femenina intentaba darlo todo, obteniendo el aprobado raspado de un público predispuesto a pasarlo bien. El bajista pasó desapercibido pese a estar en primera linea y el batería y teclista cumplieron mejor que el resto dándole a la música de Headline un buen empujón en el resultado general de la actuación. Veremos que tal está el disco…

Tras unos 45 minutos de actuación de Headline mas otros 15 para preparar todo, comenzó la intro de Symphony X…

Comenzaron aplastando con “Inferno (Unleash the Fire)”, el primer corte de su último disco, repleto de fuerza. “Wicked” siguió para demostrarnos que, afortunadamente, Russell Allen estaba en forma e íbamos a disfrutar de lo lindo con su maravillosa voz. Los temas iban cayendo uno tras otro como bombas entre una audiencia completamente entregada que coreaba sin cesar tema tras tema. “Smoke and Mirros”, “Out of the Ashes”, “Evolution”…temas de todos sus discos fueron descargados con una perfección magistral para deleite del personal allí presente.


Uno de los momentos mas álgidos del concierto fue el momento en que se anunció que era el turno para un tema…en dos partes. Tocaron enlazadas “The Accolade” del disco “Divine Wings of Tragedy” (1996) y “The Accolade II” de su último disco, “The Odissey”. Avanzaba el concierto y proseguía mi disfrute, cantando sin parar y botando como si no me doliera la espalda…

Russell Allen es un cantante mayúsculo, con un timbre y melodía de ensueño, pero además es un frontman de primerísima linea. Incluso alguien se atrevió a gritarle que se callase en inglés mientras él hablaba, y Allen le dijo que le mirara a los ojos para decirle eso…Estaba claro que fue en plan “¡¡Cállate y canta que queremos mas!!” y tras decir eso y acojonar al tio (Russell Allen es un buen jabato), guiñó el ojo a la zona del graciosillo y prosiguieron la descarga con algún otro momento de buen humor.
De Michael Romeo poco más se puede decir que no se sepa: La perfección hecha guitarrista de metal. La conjunción más perfecta de velocidad, limpieza y expresión, dominando su instrumento como quien va a comprar el periódico. En mi opinión, es lo que le gustaría ser al mismísimo Yngwie Malmsteen, hoy por hoy muchísimo menos interesante que Michael Romeo como guitarrista.


Desgraciadamente, el único punto negativo fue que el teclista, Michael Pinella, no tuvo en el sonido el mejor aliado, puesto que no se le oyó mucho, por no decir muy poco, en los solos. Michael Lepond, el bajista, estuvo muy bien. Suave y fluido, contribuía con su precisión al muro sónico (En el mejor de los sentidos) que teníamos delante. Para terminar el repaso individual a los músicos, Jason Rullo (batería) estuvo enorme, como siempre. Es uno de los mejores baterías del metal sin duda alguna. Una pegada brutal, groove, rapidez, tempo…perfección!!
Todos estos elementos hacen de Symphony X una apisonadora de metal brillante, preciso, potente y precioso. Tanto los pasajes más duros como las melodías más bellas son ejecutadas con un mimo tremendo, haciendo que el espectador medianamente subjetivo (como un servidor) no pueda hacer otra cosa que decir maravillas de ellos.
Desgraciadamente llegaba el final del concierto, aunque una gratísima sorpresa nos aguardaba…

Tras tocar el último tema, que no recuerdo bien (“Of sins and Shadows”?) , el grupo se retiró del escenario en busca de la petición de bis. Tras esperar un poquito mas de lo que me hubiese gustado, volvieron a subirse para deleitarnos con el cierre de su último disco: Un temazo de principio a fin como es “The Odissey”. Ni mas ni menos que 24 minutos de tema que nos llevaron hacia el final, perfecto musicalmente con ese tema, pero triste por el hecho de terminar este gran concierto.

Personalmente, si Symphony X tuvieran la campaña de publicidad que tienen otros, serían los mas dignos sucesores de Iron Maiden como estandartes del metal mundial. Se lo merecen.

Cronica: Fonso

Fotos: Javi