Con muchas ganas por volver a ver a Sidonie y curiosidad por lo que sería Belén Arjona nos acercamos el domingo 28 de diciembre a la sala Royal Palace de Torrelavega. Un buen sitio para realizar conciertos, si no tenemos en cuenta la “música” con la que nos torturaron antes del comienzo.
Para comenzar la noche salió Belén Arjona al escenario. La verdad es que he reflexionado mucho sobre qué escribir en esta parte, he escuchado opiniones de bastante gente que acudió a la cita, y creo que me voy a quedar con lo musical: es una chica que canta bien, acompañada de una banda que toca lo justo, músicos de estudio que cumplen, sin más, interpretando canciones sencillas y facilonas con letras para adolescentes. ¿Que qué me parece que versionaran Light my fire de los Doors, o The Final Cowntdown de Europe, presentándola como la canción más hortera de los 80, simplificando las partes que tiene “complicadas” para poder ejecutarla? Bueno, es algo que me guardo para mí, que cada uno cree su propio juicio.
Una vez finalizada la actuación de esta chica, que a bastante gente se nos hizo un poco larga, el ambiente fue cambiando, creciendo la expectación en las primeras filas. Y es que ya se podían entrever en el escenario los amplificadores Orange y las guitarras Rickenbacker, señal inequívoca de que Sidonie andan cerca.
Tras una larga espera por problemas técnicos, hicieron aparición en el escenario. ¿Qué tal lo hicieron? Muy bien, como siempre. ¿Tocaron bien? Sí, como siempre. ¿Y el show? Extramusicalmente, son de lo mejorcito que se puede ver hoy en día, disfraces, máscaras, boas de plumas, sexo, samplers, provocación, plataformas, paseos entre el público, bromas... Siempre con respeto y muy buen rollo. Canciones lisérgicas con geniales duos vocales. Un sitar.
Lo malo: problemas de sonido, muchos, y prácticamente a lo largo de todo el concierto, si bien a última hora se fueron minimizando. Un gran barullo en graves que sus propios técnicos de sonido apenas pudieron solucionar y un volumen excesivamente alto que a la mayoría de los que allí nos reunimos nos molestó.
En definitiva, un largo concierto, lleno de buenas canciones, un buen espectáculo, que sólo se vio empañado por unos problemas de sonido que a los técnicos les costó mucho solucionar. Y es que Sidonie siempre han sido así, pop, samplers, noise, juerga y cachondeo. Y que dure...
Crónica y fotos - Hector