¡Qué tiempos los de la Secret Wars!

Parece que fue ayer cuando leí esta miniserie de 12 números que acaba de editar Planeta en edición de lujo con tapa dura. En aquella época, Marvel nos sorprendió con todo lo que habíamos soñado durante años hecho realidad. Dos bandos y muchos héroes y villanos pegándose hasta que sólo un bando puede ganar. Por si esto fuera poco, y para que las bajas civiles fueran las mínimas, todos los contendientes son enviados a un planeta prácticamente desierto por una fuerza superior llamada el Todopoderoso. Este es el punto de partida de las Secret Wars, una de las primeras historias que marcaron época y que hicieron que la pasión por los cómics de muchos de nosotros se acrecentara aún más, si esto fuera posible.

En sus páginas podemos observar cómo se van formando bandos diferentes y cómo los Vengadores se alían con la Patrulla-X y los 4F para vencer a Galactus y a un grupo de villanos comandados por el Doctor Muerte, que a la postre, descubriremos como el verdadero protagonista de las más de 300 páginas de la obra. El Todopoderoso promete conceder un deseo a cada miembro del bando ganador y Muerte tiene muy claro, con una ambición sin límites, que debe ser él el ganador de todo ese macabro juego.

Lo cierto, es que mientras estaba leyendo el volumen, no hacía más que recordar aquellos años ochenta y sonreir con las viñetas que recordaba. Hace más de tres lustros que leí por primera vez esas páginas y aún recordaba a Thor volando gracias a su martillo, a Magneto haciendo volar una nave estropeada, al Profesor Xavier caminando, a Galactus intentando devorar todo la energía del planeta para saciar su incontrolada hambre, a Coloso enamorado, a Hulk aguantando una montaña, la muerte de un vengador, a Víctor von Muerte recordando su desgraciada vida o al escudo del Capitán América cuando... Muchas viñetas míticas que se recuerdan aunque pasen los años. Eso es lo que hace diferente a una obra. La perduración de esta especie en el mundo gráfico.

De todas maneras, todos estos recuerdos no nos deben hacer perder la perspectiva. No es la mejor miniserie del mundo. Su guión es un poco infantiloide, propio de la época y del género y su dibujo no es el más espectacular de Marvel. Sin embargo, encierra varios puntos que merecen la pena ser resaltados. El primero, hacer realidad la gran batalla que todos soñábamos entre héroes y villanos. El segundo, lanzar la técnica del crossover hasta cimas inconcebibles previamente. El tercero, conseguir la humanización de algunos personajes de papel y tintas que hasta entonces tampoco habíamos conocido por dentro. El cuarto, desear que llegara la siguiente entrega para devorarla en pocos minutos y de esta forma seguir deseando que llegaran las sucesivas hasta la conclusión de la obra con la mayor premura posible. Y en último lugar, la realidad espacial creada, encontrando un lugar en el pensamiento y en la reflexión, dentro de la acción pura y dura de la que es estandarte esta guerra secreta. Cuando lo leáis sabréis de qué estoy hablando.

En fin, una obra recomendable, divertida, entretenida y sobre todo diferente a las demás series de superhéroes, por lo menos en lo referido a la ambientación. Estuve días esperando poder leer esta reedición, como loco esperando volver a leer esas páginas. Ahora sólo espero no tener que esperar mucho hasta la reedición de las Secret Wars II.

Luis Miguel Artabe