Me habían contado lo de Lola Herrera tantas veces que antes de entrar ya me conocía la interpretación de memoria. Fue una profesora un poco anclada en sus tiempos jóvenes, de esas que cuentan una y otra vez la misma historia. De esas a las que hay algunas cosas que reprochar y también bastantes que agradecer.
El hecho es que 25 años despues de que mi profesora se quedase alucinada viendo a Lola Herrera interpretar el texto de Delives, me tocó quedarme parecido a mi. El texto, que no me había leido antes, me pareció simplemente genial. La manera en que Delives te cuenta aquello de las dos Españas, y como vas conociendo el personaje de Mario a través de las palabras de su viuda es simplemente magistral. Me he prometido a mi mismo poner el libro en la cola de aquellos que espero que me de tiempo a leer algún dia.
Lola es una auténtica maestra, es increible como puede hacer llegar de manera tan natural un texto en el que no tiene a ningún actor al que darle la réplica. De hecho, en esta escenografía ni siquiera tiene el apoyo del cuerpo muerto de Mario, ya que los diseñadores han hecho desaparecer el ataud dejando que sea el espectador quien le imagine. Sorprende la escenografía por su modernidad un tanto abstracta al principio y su combinación de elementos clásicos e innovadores, aunque cierto es que luego, cuando la obra se desarrolla, resulta realmente efectiva, en gran parte debido a la excepcional labor del técnico de luces.
Si hay que ponerse realmente puntilloso, diría que me cuesta un poco creerme a Lola cuando llora, pero en realidad es una pequeña tontería que no consiguió sacarnos en absoluto del ensimismamiento en el que nos tuvo durante la hora y cuarto que dura la obra. Absolutamente genial. No os lo perdais si teneis ocasión.
Reseña - Oskar
Fotos - ABC, Altea Digital, El Mundo, Ajuntament Amposta y Azket Blai